viernes, 28 de marzo de 2014

Nítida

No era imaginaria, mucho menos fantasmal. Al contrario, la palabra sería clara, nítida, su semblante y porte se mostraban tan definidios que el resto del universo parecía pintado de acuarelas mojadas.

Dedicado a esa mujer clara, (que amo y me ama sin pedir nada). Una frase tonta por culpa de leer a Álvaro Cunqueiro, que comete frases tan bonitas como:

Ella nacía a cada instante...
Luz mojada le llegaba del mar.
Era solícita y tempestuosa y no se parecía en nada a la luna.
Sin que nadie lo supiera, hubo un momento puro en el que no hubo nada (Esta me encanta)

Y mi preferida
En medio del pecho, los veleros...




jueves, 20 de marzo de 2014

Un Álbum Ilustrado es...

Definición de un álbum ilustrado que escribí para la guía de la exposición "Libros en Ruta", organizada en 2014 por la Diputación de Granada


Un álbum…es

Un objeto normalmente cuadrado o rectangular con la capacidad de abrirse y cerrarse para mostrar un tro
cito de mundo.

Un álbum ilustrado es, por lo tanto, una ventana.

Tiene bisagras de hilo, y puertas de cartón. Por sus
páginas entornadas entra el viento cargado de colores de
un lugar que nunca existió, salvo en la imaginación de un
artista o un soñador.

Un álbum ilustrado es, por lo tanto, un punto de vista.

La historia que cuenta, sea original o milenaria, depende
de la visión de sus autores. Estos son, un escritor y un
ilustrador que combinan sus artes para crear una sola obra.
El formato de unir texto e imagen facilita el entendimiento
de las ideas, motiva la curiosidad del lector y enriquece la belleza de la historia. Además, el álbum permite que el niño pueda descifrar el cuento al mismo tiempo que lo es
cucha, y participar en la narración de forma activa ayudan
do a contar el cuento además de escucharlo.

Un álbum ilustrado es, por lo tanto, un instante compartido.

viernes, 14 de marzo de 2014

Las Montañas

Para empezar, un retal de cuento esperando ser cosido. 

Las montañas miran. Tienen ojos grandes que por las noches refulgen y tiritan entre farolas de pueblo y ventanas de casas solitarias. Pero no te dejes engañar, que todo es un ardid de las montañas. Las luces que más brillan, son miradas.

jueves, 13 de marzo de 2014



Me miró a los ojos. Parecía preocupada.
—¿Sabes mozo? A veces siento que estoy dentro de un pozo.
—Eso va a ser —respondí— porque estamos dentro de un pozo. 
—¿Y qué hacemos aquí? 
—No lo sé. Yo te estaba siguiendo a ti. 

Mi novia y yo salimos del pozo. Esta vez hablé yo, había algo que me incomodaba.
—¿Sabes una cosa, belleza? A veces siento que tengo una piedra en la cabeza.
Se quedó pensando unos instantes.
—Debe ser por las piedras que tenemos encima de la cabeza.
—¿Por qué demonios llevamos piedras en la cabeza?
—No lo sé. Yo lo hice porque tú lo hacías.

Nos quitamos las piedras. Fue un alivio. Pero mi novia seguía preocupada.
—Ay novio, mi cielo, estoy cansada de estar en el suelo.
Miré alrededor, vi el bosque.
—Eso lo arreglo yo, mi dama, subiéndonos a una rama.

Trepamos a la rama de un árbol cercano. Ahora la tierra quedaba lejos, pero mi novia no estaba convencida.
—Ay novio, qué duelo, creo que seguimos en el suelo.
¿Dónde está la rama? En el árbol.
¿Dónde está el árbol? En el suelo.
—No te preocupes compañera que sobre la rama te hago una casa de
madera.

Nos quedó preciosa, con ventanas con vistas al mar y ventanas con vistas al baño. Lo del baño fue idea de mi novia, que es así de original.
Pero había algo que no encajaba del todo.
—Niña de ojos brillantes, tenemos el mismo problema de antes.
¿Dónde está la casa? En la rama.
¿Dónde está la rama? En el árbol.
¿Dónde está el árbol? En el suelo.

Ella se echó a reír.
—Si me das un beso en la mejilla, te subo a una cometa amarilla.
Con un retal de su vestido hicimos una cometa. La amarramos al tejado y soltamos hilo hasta alejarnos. Sus ojos se confundían con las estrellas. O quizá eran los míos, reflejados en los suyos, que se llenaban de estrellas al verla. Miré abajo. ¿Cómo no me había fijado antes?
—Chica de sonrisa encantada, no hemos conseguido nada.
¿Qué sujeta la cometa? Un hilo
¿Dónde está el hilo? En la casa
¿Dónde está la casa? En la rama.
¿Dónde está la rama? En el árbol.
¿Dónde está el árbol? En el suelo.
.
—Eso lo arreglo yo, cariño, con unas tijeras de niño.
Del bolsillo sacó unas tijeras, pequeñas, coquetas, y cortó el hilo que nos unía a la vigilia. Cruzamos las últimas nubes y nos perdimos en el cielo, confundidos entre astros, trazando estelas de caminos, senderos en el sueño.

Hasta que un día, de sopetón, me soltó:

—No te lo vas a creer, pero tengo un anhelo
Echo de menos el suelo.


Arturo Abad

Vuelve a tu Reino

La niña aguantó sin miedo la mirada del tirano.
-Vuelve a tu reino -ordenó el hombretón-. Este no es lugar para princesas.
-No soy una princesa -respondió ella-. Soy una khaleesi.
-¿Una qué? -quiso decir. Pero ya no tenía lengua, ni cabeza, y la niña tomó la corona y se sentó en el viejo trono mientras los dragones se disputaban a rugidos las entrañas del tirano.

Después de un atracón de Canción de Hielo y Fuego.

Cuando vino Momo

Llevaba un tiempo inquieta, la noche, pero no pensé que llegaría a agitarse tanto como para perder un trocito. Ha caído en mi terraza, junto a las macetas. Tiene el pelo revoltoso y una boca con ganas de morder lo que no debe. Es lo que tiene estar hecha de madrugada. También sabe parar el tiempo con los ojos, igualita que Momo, y por eso la hemos llamado así.


De cuando llegó a casa nuestra cachorrita, que ya no es tal.

Trabalenguas

Un trabalenguas de amor, ¿Cómo no?, para el nuevo espectáculo. Léase sonriendo para darle música.

La tonta Tinta ha tintado al tonto Tinto, ¡Qué atontados están la Tinta y el Tinto!
Y dice el Tinto: Tinta, Tinta tonta, ¿por qué tanto tú me tintas?
Y la Tinta ¡Ay tonto Tinto!, te tinto tanto porque a mi tinta tú la tientas. 
-¿Tanto tiento tu tinta, tontita?
- La tientas tan tentada, tonto tinto, que tinta y tintera quedan tontas, tontunas y atontadas